jueves, 21 de noviembre de 2013

Rueca

La vida que pasa,
la rueda que avanza,
el tiempo que roba,
el camino que cansa,
el cielo que cubre,
el suelo que mata,
el humo que sube,
el pulso que pausa,
el ritmo que mueve,
el vicio que sana,
el oído que llora,
el tonto que mama,
la rima que nace,
el hielo que abrasa,
el poder que destruye,
la tierra que sangra...

Inestabilidad

Me miras y me ignoras,
me abrazas y me ahogas,
me besas y me sangra,
me quieres y me matas,
me odias y me extrañas,
me llamas y no hablas,
te serenas y me inquietas,
te acercas y me apartas…

¿Y tú me hablas de estabilidad?


Mensaje en una botella

¿A qué esperas sola y preocupada?
Se lee en tus ojos párrafos de discordia.
Nunca se perdió tanto en las batallas del amor…
Anda y sácate el invierno, quema relicarios,
vende tu silencio al que compra las palabras,
quizás me baje en la próxima estación
y sabré si es un buen lugar donde ausentarse.
El cielo está despejado sin nubes plomizas
y no me parece tan raro este sin sabor,
andas delicada entre un infame equilibrio,
nunca las cenizas dejaron tan poco, ¿eh?
Y te preguntarás ¿qué esconden las mentiras?
El hombre solitario siempre sabe lo que dice;
escapa ahora que aún no es tarde,
la ciudad está durmiendo,
los bares están abiertos,
la noche disimula secretos que se acaban sabiendo,
nunca las golondrinas volaron tan bajo,
ni tanta gente tuvo tanto miedo a ninguna epidemia.
No vuelvas si algún día nunca es otro tiempo,
si me dejas, andaré como un loco desentendido,
iré de ninguna parte a ninguna parte,
porque hablo y no dices nada,
porque callo y me lo dices todo,
será que hablo demasiado,
será que hablo solo
cuando te me escapas, Poesía,

cuando yaces en mis manos.