Cabalgo con tirar mi suerte
a la noche que escupe con desprecio,
¡cuánto me alegro de verte!
le dijo la miseria al necio.
¿Con qué carta nos jugamos el destino?
Con el vino cristalino de tu boca,
si nos firmó el talón cuando vendimos
mi alma manchada de terracota.
Qué amiga más injusta, poesía,
que me trajiste esperanza como tempestad,
¿para qué dijiste que venías?
Le dijo el amor a la soledad.
Sí que somos caprichosos, viajero,
el camino es largo bajo el sol,
que avise quien pise primero,
le dijo el zapato al corazón.
Cambiaré mis versos por lo que sientes,
ya que las princesas acabaron su cuento,
no cumplirás lo que prometes,
le dijo la mentira al escarmiento.
Dani Aguilera
